El Estrecho de Gibraltar es una estupenda zona para ver cachalotes, orcas y Rorcuales en su paso migratorio, así como poblaciones residentes de ballenas pilotos y delfines (Común, Listado y Mular). Los barcos zarpan todos los días (si las condiciones atmosféricas lo permiten) desde Tarifa con guías expertos que te llevarán a las mejores zonas para ver estas magníficas criaturas.

De acuerdo con un informe publicado por el IFAW (International Fund for Animal Welfare) en el 2001, la industria del avistamiento de ballenas, que comenzó en 1954, ya en 1998 movía más de 1.000 millones de dólares y atraía a mas de 9 millones de personas al año en un total de 87 países y territorios; lo que sustenta la teoría del IFAW de que “estos magníficos animales valen mucho más dinero vivos que muertos”. Según este mismo informe ya en 1998, España junto con EE.UU. y Canada, fue uno de los tres países que consiguió atraer a más de 1 millón de interesados al año. Aunque la mayoría de los avistamientos de ballenas se llevan a cabo frente a las costas Canarias, el Estrecho de Gibralar también es una estupenda zona para ver poblaciones de especímenes residentes y migratorios.

La ventaja adicional que tiene el Estrecho es que, incluso si no consigues ver nada la experiencia de flotar en esta dramática frontera entre dos continentes es ya en si misma increíble. En un día nublado no podrás ver Marruecos desde Tarifa, pero en un día claro (la mayoría) las casitas en la cima de África se ven tan próximas que podrían ser el siguiente pueblo blanco de la costa española. El estrecho, con una extensión de 14km de ancho y 300m de profundidad, se ve dominado por el Jebel Musa, montaña de 851m que marca el punto más nórdico de África y cuya cara norte cae casi verticalmente en el Estrecho. Según la mitología griega El Jebel Musa y el peñón de Gibraltar constituyen los Pilares de Hércules, creados por el héroe griego cuando éste decide atravesar el Atlas original camino de finalizar una de sus doce tareas.

Hay varias empresas que ofrecen viajes de avistamiento de cetáceos en el área del Estrecho. Las que recomendamos nosotros son Turmares, establecida en 1999 y llevada por profesionales claramente amantes del mar y con un amplio conocimiento del Estrecho y de sus habitantes. Tiene barcos algo más pequeños que otras empresas e incluso tienen ventanas subacuáticas. La empresa también colabora con proyectos de conservación e investigación medioambiental durante el resto del año; y Marina Blue, una empresa que ofrece un servicio premium en un yate pequeño, muy recomendable si nuestro presupuesto nos lo permite.

Ambos servicios deben ser reservados con antelación, pero siempre hay que estar pendiente del tiempo. ¡Tarifa no es llamada la "capital del viento de Europa" en vano!

Durante la actividad, tu barco se dirigirá hacia el centro del Estrecho cruzándose con cualquier barco que salga hacia el Atlántico. Este es uno de las vías comerciales marítimas más transitadas del mundo, y Algeciras, a tan solo 10Km. de Tarifa, es el puerto más activo de España, lo que sin duda representa un grave riesgo para las ballenas tanto residentes como migratorias así como para las poblaciones de delfines. Según un informe de medio ambiente, la probabilidad de avistar delfines en la bahía de Algeciras hace diez años era de un 99% en grupos de entre 100 y 1.000 individuos. Este porcentaje ha bajado a 90% y los grupos suelen ser, tan solo, de entre 12-40 individuos.

Lo que consigamos ver dependerá de la época del año (¡y de la suerte!). En primavera, por ejemplo, lo más común es ver delfines y ballenas piloto, aunque también existe una probabilidad bastante elevada de avistar cachalotes en su entrada al Mediterráneo. Los meses estivales son los mejores para ver orcas persiguiendo los atunes que vuelven del Mediterráneo tras poner sus huevos. También es un buen momento para ver rorcuales. El otoño, sin embargo, es mejor para avistar especies residentes como ballenas piloto y delfines (Común, Listado, y Mular) con sus crías recién nacidas. Varios aspectos afectan la migración de las ballenas: cambio climático, temperatura, profundidad y salinidad del agua, la topografía del suelo marino, y por supuesto comida y crianza. Como regla general, las ballenas suelen emigrar a aguas frías para alimentar a sus crías y a aguas calientes para dar a luz.

En nuestra última excursión que fue durante principios de verano y con nuestros hijos de 2 y 4 años, vimos bastantes delfines y tres cachalotes enormes. En mi opinión es imposible cansarse de ver delfines en mar abierto. Y si nunca antes los has visto, es una experiencia obligada. Es difícil decir quién se excita más al verlos, si los padres o los hijos, todos corriendo por la cubierta del barco para ver estas hipnóticas criaturas aunque tan solo sea de reojo mientras que surfean la estela de proa y se sumergen bajo el barco para salir por el lado opuesto y volver a empezar. Y cuando finalmente desaparecen te quedas con la barbilla pegada a la barandilla mirando al mar y soñando con que vuelvan a salir.

Ver una ballena de muy cerca generalmente se describe como una experiencia mágica y, ciertamente es muy difícil de expresar con palabras. La majestuosidad de estas criaturas tal vez se deba a su abrumadora presencia, a la gracia y naturaleza pausada de sus movimientos y a su aparente imperturbabilidad por lo que ocurre a su alrededor. Los barcos no se acercan a las ballenas de acuerdo con el código internacional de conducta ante cetáceos, así que siempre esperarán a que sean las ballenas las que decidan aproximarse. Si tienes la suerte de que así ocurra, y se pongan tan cerca del barco como para distinguir marcas personales o ver sus ojos, será una experiencia que querrás repetir una y otra vez. El guía, por lo general, te advertirá cuando la ballena este a punto de hundirse. Conocen los signos y casi a su señal, el gigante eleva su cola, como para decir adiós a los espectadores deslizándose suavemente bajo la superficie y hacia la profundidad del mar. Los cachalotes que vimos se hundieron durante 45 minutos para luego salir a respirar cerca del mismo punto. Algo totalmente normal para ellos, ya que estos animales son los reyes del buceo en el mundo de los cetáceos. Se sabe que han alcanzado profundidades de 3.000m y se han mantenido debajo del agua durante 2 horas sin salir. Aunque ya nos habían dicho que era normal que los cachalotes salieran a respirar en el mismo punto donde se habían hundido, con varios niños a bordo, decidimos que (tras un estupendo día) era hora de volver a tierra firme y nos dirigimos hacia la costa española. Los niños seguían buscando delfines insistentemente.

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